

El sistema que hemos construido o que nos han impuesto niega ciertos hechos que acontecen en la sociedad, los niega porque los fabrica, porque al sistema le conviene que estén ahí porque son funcionales a él, pero al negarlo, pero al negar ese hecho social, al negar que lo niega, deja de existir. Al dejar de existir el sistema parece inquebrantable, incuestionable, sin culpa alguna, eternizándose inmutable.

La negación de la sociedad es un invento burgués para enaltecer al individuo y volverlo competitivo. El otro no puede coexistir, es un rival que hay que eliminar, hay que destruir, despojarlo de toda posibilidad para que no alcance lo mismo que yo. Así llegamos al éxito.
Negar la sociedad implica falta de compromiso e interés para con el otro. Implica dejar de ser ya que para ser es necesario pertenecer en un mismo lugar con otro, ese otro que nos complementa. Si embargo nuestra sociedad negada fomenta el tener para dejar de ser.
Pablo M. González
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